11/8/09

Descubrimientos ornitológicos de verano

Uno de los muchos que cogimos el verano pasado en Ponferrada
a
Ahora que se están preparando para migrar, los mosquiteros ibéricos Phylloscopus ibericus resultan bastante más conspicuos que habitualmente, no teniendo reparo alguno en encaramarse a la punta de ramas de árboles y arbustos (lo que, por suerte para mí, implica a veces tenerlos a menos de 1 m. de mis narices ventana de por medio) buscando los pulgones que les permitan engordar rápidamente antes de iniciar su periplo transcontinental hasta el sur del Sahara. Esta especie hasta hace poco se consideraba conespecífica con el mosquitero común P. collybita. El mosquitero común, además, es muy parecido al musical P. trochilus; y como el ibérico presenta en cierta medida un aspecto intermedio entre ambos, ¡pues a ver quién es el guapo que los identifica! En fin, no es tan fiero el león como lo pintan; tanto el canto como el reclamo son bastante distintos entre las tres especies, y en mano no son muy difíciles de distinguir. En el campo ya es otro cantar, pero la guía más usada en este momento (la Svensson) menciona una serie de caracteres en los que fijarse para distinguir el común del musical: entre ellos, está el de que el común sacude de vez en cuando la cola hacia abajo, cosa que no hace el musical. Pues bien, tras arduos minutos de pajareo sentado plácidamente frente a la ventana, puedo anunciar a los cuatro vientos que el mosquitero ibérico también sacude la cola... Qué, ¿cómo se os queda el cuerpo? :-) (vete tú a saber, igual nadie lo había publicado hasta ahora...)

... Otros “aficionados” sí que se acaban de marcar un descubrimiento de verdad; una nueva especie de pájaro con todas las de la ley, el bulbul calvo Pycnonotus hualon; que destaca por ser el único, en una familia donde abundan las especies con crestas, en poseer la cabeza desprovista de plumas. Más, aquí.

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