16/5/11

Söndag

El antiguo matadero de Madrid, que data de comienzos del S. XX, es un conjunto de edificaciones muy extenso; sin duda funcional en su tiempo, pero no por ello menos elegante. Una serie de reformas, que empezaron el 2006 y todavía siguen, lo está transformando en un espacio cultural, con salas de exposiciones, escenarios de teatro, auditorios y demás... Es una pena que los carteles que explican en un párrafo lo que podría decirse en dos palabras sobre el contenido y el mensaje de lo que allí se muestra tengan tantísimo protagonismo; pero supongo que es el precio a pagar por la conservación de las bonitas molduras y azulejos de los barracones del mismo.
Acudí a dicho lugar ayer por visitar alguna exposición ligerita y salpimentar el descanso dominical con algo de cultura; cosa que cada vez hago menos. Y me encontré con una bastante apañada sobre la historia de IKEA y el origen de algunos de sus productos más emblemáticos: la experiencia fue bastante curiosa; casi como visitar una tienda de verdad de la que hubiesen desaparecido tres cuartas partes de los productos. Me gustó bastante una exposición aneja, de proyectos de estudiantes de diseño de distintos centros madrileños, a los que se les pidió que “creasen algo” en un cubo de 2,50 m de lado únicamente con productos de la tienda y un presupuesto limitado a 200 €. Imaginación vi que no les falta, al menos...

Ya de camino a casa, dando un pequeño rodeo en metro, me detuve un rato en la estación de Carpetana (línea 6). Resulta que durante las obras de instalación de ascensores en esa estación se descubrió un yacimiento de fósiles de mamíferos miocénicos considerable; algo por otra parte bastante habitual en Madrid. La Comunidad decidió aprovechar la reforma para instalar un pequeño museo explicando los hallazgos allí encontrados; y ese museo era el que esperaba visitar... El problema fue que dicho museo como tal no existe: lo que hay es una serie de vitrinas y paneles desperdigados por toda la estación y que me costó un poco ir encontrando. Como algunos estaban además fuera de los tornos, y no quería gastarme un viaje extra, pues hubo partes que me quedaron por ver... Bueno, la cuestión es quejarse por que sí; al fin y al cabo la iniciativa me parece muy interesante y digna de aplauso.

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