29/10/11

Al otro lado (Highlands Tour y III)

Al otro lado de la diagonal entre Fort William e Inverness, la cicatriz de lagos que señala la unión pretérita entre las dos masas de tierra que ahora forman Escocia, el paisaje sigue siendo igual de bonito. Y por suerte para vosotros, como ya tengo las fotos de Jaime, más bonito aún.
El Old Man of Storr, una aguja de piedra que se recorta contra el cielo también en la foto de arriba, es una de los hitos del paisaje de la costa este de la isla de Skye. Con la relativa calma que da el hacer un viaje de varios días, pudimos permitirnos dar un paseo hasta su base, que no todo iba a ser coche.


Kilt Rock es otra de las paradas obligatorias. Las columnas basálticas del fondo, relativamente semejantes a los pliegues de una falda escocesa (kilt), le dan su nombre a este acantilado. La cascada que en primer término desagua directamente en el mar aliviaba un pequeño lago junto al aparcamiento, donde nadaba tan tranquilo el segundo colimbo chico Gavia stellata que veo en condiciones.


Rodeando pausadamente el norte y el oeste de la isla (la prisa es imposible en una isla donde en las carreteras, llenas de ovejas, solo cabe un vehículo; y hay que estar haciendo constante uso de los apartaderos) se llega hasta el castillo de Dunvegan. De camino habíamos dejado en una charca un par de cisnes cantores Cygnus cygnus, otra especie bastante agradecida para un sureño, y nadando aquí de isla en isla menudeaban las focas grises, para gran alegría del resto de mis acompañantes...

... que no es que a mí no me hicieran gracia, pero es que estaba más concentrado en un par de charranes a los que los demás no prestaban atención: mis primeros charranes árticos Sterna paradisaea :-D Tercer bimbo del año; que ya tocaba tacharse algo después de los vencejos cafres del 1º de mayo...


Salimos de Skye ya casi sin luz, y resultó curioso dar un paseo a oscuras ya hasta las cascadas de Foyers, en la margen derecha del lago Ness. Tras hacer noche (la última ya) en Inverness, por la mañana paseamos por Glen Affric, otro valle de bosques exuberantes y agua por todas partes.


Y una última vista de las ruinas del castillo de Urqhart antes de rodear el lago por última vez y emprender el viaje de regreso. Sin ver al monstruo, pero con la mochila llena de recuerdos destinados a durar, gracias sobre todo a la buena compañía.

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