7/10/11

La sala de arriba

Por supuesto, entre la miríada de confesiones religiosas presentes en esta ciudad, estamos también los católicos. De hecho, al buscar antes de venir dónde se podía ir a Misa aquí me sorprendió gratamente ver que, de hecho, hay varias parroquias por toda la ciudad. Así que se pierde un poco el encanto que tenía en Lund la de Santo Tomás de Aquino, con aquel ambiente un poco de tierra de misión; pero se gana mucho en comodidad. Además, sigo entre los perros de Dios: San Alberto Magno (la parroquia que me queda más cerca, que es además la capellanía universitaria) está también regentada por dominicos. Aunque se está construyendo una capilla, los actos litúrgicos tienen lugar en una sala grande habilitada para tal fin, en el primer piso de la casa de los religiosos; y lo que le pueda faltar de solemnidad a la misma lo suplen los feligreses: la gente (al igual que en Suecia, por otra parte) sigue las celebraciones con una atención y recogimiento que es difícil ver en España. Y al llegar me encontré además con que había chuletas para seguir la Misa en inglés; así que ¿qué más se puede pedir?

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