11/10/11

Princes Street

El centro de Edimburgo está dividido en dos núcleos principales: la Old Town (“ciudad vieja”), medieval, con su miríada de callejones y edificios principales mano a mano, coronada por el castillo; y la New Town (“ciudad nueva”), georgiana, racionalista; de calles trazadas con tiralíneas. Y entremedias, un vallecito. Ese valle fue represado en tiempos para crear un pequeño lago, el Nor’ Loch, que sirviese de foso defensivo de la Old Town. Y al estar todas sus calles en pendiente, se convirtió también en la cloaca general, lo que le valió a Edimburgo el apelativo en escocés de Auld Reekie (“la vieja apestosa”); y era fama que los viajeros podían oler la ciudad mucho antes de verla...

Pero al construir la New Town tuvieron el buen juicio de drenar semejante ciénaga, que con el paso de los años se ha ido convirtiendo en Princes Street; una suerte de Gran Vía a la escocesa, la arteria comercial de la ciudad. Y el valle, en un jardín muy apañado. En el centro del mismo se halla The Mound (“el montículo”); una elevación que parte el valle en dos. Esta se formó por la acumulación de todos los movimientos de tierra y escombros generados al construir la New Town, y sobre la misma se encuentran la Galería Nacional de Escocia y la Real Academia Escocesa; arte y literatura de la mano.

Desde The Mound, mirando hacia el este, el Monumento a Walter Scott y el enorme torreón del Hotel Balmoral atraen todas las miradas. Al fondo North Bridge, el puente que salvando el valle comunica ambas “ciudades”. Y bajo el mismo Waverley, la estación central de ferrocarriles.


El citado monumento es bastante curioso: toda una estructura de un barroquismo exagerado que alberga debajo, empequeñecida por el conjunto, la estatua del escritor nacional de Escocia, inventor de la novela histórica. Al monumento también se puede subir, y desde arriba “hay unas magníficas vistas”. Pero en esta ciudad se puede subir a tantos sitios desde los que hay unas magníficas vistas que no merece la pena pagar por uno más...


Y para los que se quejan de que nunca salgo en las fotos aquí me tenéis, bien acompañado por Jaime y Sofía. He vuelto a tirar de las fotos de los tres para ilustrar esta entrada, así que agradecérselo también a ellos...

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