18/2/15

Alivio de luto

Igual que los que han perdido un miembro dicen a veces sentir dolor en el mismo, este fin de semana en Orense me ha seguido pasando lo mismo que os contaba el año pasado, que aunque la melodía del nuevo móvil ha cambiado sigo echando mano al bolsillo cada vez que escucho una curruca capirotada. Cantaban las currucas ya no tanto por defender sus aligustres, a los que ya casi no les quedan bayas moradas (como la Cuaresma que hoy empieza), sino porque los días largos y el calorcito empezaban a revolucionarles las hormonas. El viento se ha llevado de Madrid el frente de nubes, y mientras las frentes se tiznan hoy de gris, el cielo pasa del ceniza al azul, los verdecillos empiezan a carraspear para aclararse de la voz, y los almendros más cagaprisas están ya vestidos de blanco ruboroso. Podrá volver a hacer frío mañana, pero la "pre"mavera ya la tenemos aquí. El invierno ya no ha de durar mucho, y la propia Cuaresma trae promesas de Resurrección. Sólo 40 días...

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