12/10/15

¿Bilistado? ¡Tachado!

¡Lo logró! Y de su logro, nos beneficiamos muchos :-) Tras pasar años, otoño tras otoño, atento al movimiento furtivo entre las ramas y al reclamo distinto de lo habitual, por fin Javi localizó el viernes camino del trabajo un mosquitero bilistado Phylloscopus inornatus, en el centro de Madrid.

Localización del bicho, vía Reservoirbirds
 Allí estaba el viernes por la mañana, y ya que no pude acercarme antes, allí fui yo también ayer, aprovechando un intervalo entre lluvia y lluvia antes de comer. Sabía que el bicho estaba el viernes, y también el sábado, donde marca la flecha de arriba, y más en concreto en unos álamos blancos plantados en ese pequeño parque. Pero al ir llegando al lugar, la sensación pre-rareza acostumbrada y que hacía tiempo que no sentía: sensación de vértigo y de revoltijo estomacal, y la cabeza dando vueltas de continuo a que "seguro que ya no está con este mal tiempo... aunque igual con este mal tiempo ha decidido no seguir migrando aún... seguro que sí está y no lo veo, y veré luego por Internet que otros sí...". Y en el parque, localizo los cinco (1, 2, 3, 4, 5; no más) chopos, me pongo a mirar, y enseguida distingo a simple vista algo con una banda bien marcada en las grandes coberteras... un herrerillo. Saco los prismáticos y acto seguido enfoco algo con pinta de mosquitero y que resulta ser un mosquitero... común. Empiezo a pensar que se me va a hacer muy larga la mañana, porque están los chopos llenos de pulgones y de pajarillos picoteándolos, y lo siguiente que enfoco...

Una foto del protagonista de esta entrada, de Carlos Talabante, del viernes
 ... es la preciosidad de la foto de arriba :-) Apenas dos minutos después de haber llegado, media hora más tarde de haber salido de casa, acabo de sumar una rareza bien bonita y largamente deseada a mi lista. El bicho, que no reclamó ni una sola vez (a la porra todo el tiempo aprendiéndome grabaciones), se movía como un demonio de chopo en chopo, sin parar quieto un momento y casi siempre bastante arriba, por lo que no tengo ni idea de cómo pudo Carlos sacarle una foto tan bonita.
Tras el momento de fascinación "física" inicial, empezó el de fascinación intelectual: cinco álamos con pulgones, nada más, bastan para atar este bicho en apenas unos metros cuadrados de terreno durante al menos un par de días. Cinco chopos donde por otra parte no le faltaba competencia, pero ahí estaba el tío, sin moverse a los olmos o plátanos de alrededor, sin buscar otro jardín en que posarse. La verdad es que uno no deja de disfrutar con estos bichos...

Termino con una horrible autofoto. El mosquitero está en el chopo de detrás, aunque evidentemente no se le ve. Instantes después, Joaquín me dejó calado hasta los huesos...

2 comentarios:

Miguel Juan dijo...

Hola Antón:
El chaparrón de las 13:00 h hizo que permaneciera en el coche y a ti te puso a la fuga, por eso no coincidimos viendo y disfrutando de este bonito mosquitero. Me quedé una hora viéndolo arriba y abajo por los álamos, porque puede pasar mucho tiempo hasta el próximo bilistado en Madrid. Saludos.

Antón Pérez dijo...

¡Cachis! ¡Por los pelos entonces! Me alegra ver al menos que aguantó hasta que lo viste...