11/10/15

Reptiles de retirada

 Ayer en la Sierra Oeste, antes de que llegase por la tarde la avanzadilla de Joaquín a dar la murga, y aunque el día amaneció fresco, la verdad es que a media mañana el sol pegaba lo suficiente sobre los pinos piñoneros como para aguantar de manga corta. Lo suficiente, y aún más, como para que alondras totovía y petirrojos quisiesen echar la mañana cantando, definiendo lo que serán sus territorios en lo que venga de invierno. Lo suficiente como para que buitres negros y leonados pasasen con frecuencia de un lado a otro, con un ojo puesto en los ciervos y con otro en los cazadores, que tanto les podrían preparar la cena como, si se les cruzase un cable, mandarlos a ellos al otro barrio...

 Pero no lo suficiente como para que los juveniles de lagartija colilarga Psammodromus algirus estuviesen más espabilados que nosotros, que vamos ya con el ojo más que hecho a la especie.

 No lo suficiente como para que este otro bebé de culebra de escalera Rhinechis scalaris decidiese huir, en vez de seguir intentando calentarse...

... no lo suficiente, no: que ya están las quitameriendas avisando de que no nos confiemos, que a todo verano le llega su San Martín, incluso con un mes de adelanto. Los reptiles al hoyo pues, a esperar enterrados a que vuelva al sol... y los anfibios al bollo, que en nada y menos llena la lluvia las charcas. Que con o sin escamas, hay herpetos para cada día del año.

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