23/11/15

Ardenna

 Una de las muchas sorpresas que me llevé al hojear la ICBW, a la caza de curiosidades taxonómicas, fue ver que se había restaurado el género Ardenna , creado por Reichenbach en 1853, para agrupar las ex-Puffinus de gran tamaño del hemisferio sur, de las que en España tenemos dos especies: la pardela sombria y la pardela capirotada.

De aquí
 La pardela capirotada Ardenna gravis es una de las grandes favoritas de entre las aves marinas, la que siempre despierta "¡Ah!" de admiración durante las salidas en barco para ver aves pelágicas, la que atrae los disparos de todas las cámaras. Capirotada como mis currucas, es sin duda una de mis favoritas: elegante, fácil de distinguir (lo que nunca se agradece lo suficiente en un ave marina), y con un ciclo vital de lo más sorprendente...

De aquí
Bueno, sorprendente si eres un europocéntrico perdido como yo, acostumbrado a que las aves migran al norte y crían en verano, y migran al sur en inverno. Las pardelas capirotadas hacen exactamente lo mismo... pero con el hemisferio invertido: están estos días pasando frente a las costas gallegas por miles, por decenas de miles, por millones de hecho, y el viento que sopla del NW las acerca a tierra más de lo habitual, de forma que se las puede ver desde los cabos, sin necesidad de embarcarse. Y como suelen hacer las aves marinas más pro, todos esos millones de pardelas bajan ahora con prisa a criar a un único lugar, a Tristan da Cunha, a islitas con nombres como Inaccesible o Nightingale, más irresistiblemente evocadores que los cantos de las sirenas de Homero. A disfrutar del verano austral, mientras aquí de la noche a la mañana hemos pasado de la manga corta a congelarnos, a cambiar el blanco que encanece ya las cumbres de la Sierra por el de la cresta de las olas del Atlántico sur... que no es un mal lugar donde dejar vagar la mente a lomos de pardela.

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